EL PROBLEMA NO ES LA DESFACHATEZ DE LAS ISAPRES SINO LA PERVERSIDAD DEL SISTEMA PRIVATIZADO DE SALUD

La ácida controversia sobre los cobros excesivos realizados durante largo tiempo por las Isapres a sus afilliados permite ilustrar muy bien la enorme perversión que la lógica del capital introduce en la actividad económica. Ya Aristóteles, más de tres siglos antes de Cristo, había advertido la diferencia fundamental existente entre una actividad económica desarrollada con el fin esencial de satisfacer necesidades humanas y aquellas que solo se valen de ese objetivo como un medio para alcanzar otro fin: el de generar un incesante enriquecimiento individual a quien la realiza. Es precisamente esto último lo que explica y pone claramente de relieve la tenaz resistencia de las Isapres a acatar el fallo de la Corte Suprema que las obliga a restituir a sus afiliados los dineros que indebidamente les han cobrado por encima de los montos legalmente establecidos. Y para ello no han tenido el menor escrúpulo en utilizar a las propias víctimas de su estafa como rehenes para extorsionar a ...